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Trump lanza su propio servicio móvil: así es Trump Mobile y su polémico smartphone T1

Una promesa de conectividad hecha en EE.UU. enfrenta cuestionamientos sobre fabricación y credibilidad tecnológica.

Nueva York, 18 de junio de 2025 —
En un giro empresarial que ha captado la atención del sector tecnológico y político por igual, la familia del presidente Donald Trump lanzó oficialmente Trump Mobile, un nuevo servicio de telefonía celular que, según sus creadores, promete revolucionar el mercado con dispositivos diseñados «para las personas trabajadoras de Estados Unidos».

Presentado por Eric Trump y Donald Trump Jr., el anuncio se realizó el pasado lunes 16 de junio desde la icónica Torre Trump. La iniciativa busca posicionarse como una alternativa nacionalista frente a las grandes marcas tecnológicas, haciendo énfasis en la manufactura local y la promesa de independencia digital.

El Plan 47 y el símbolo del poder

Trump Mobile debuta con su “Plan 47”, disponible por USD 47,45, un precio cargado de simbolismo. Este hace referencia directa a los mandatos de Donald Trump como el 45.º y presunto 47.º presidente de Estados Unidos, consolidando el lanzamiento como una declaración ideológica además de comercial.

Entre los beneficios anunciados por los Trump se encuentran mensajes ilimitados a más de 100 países, acceso a servicios de telemedicina, y asistencia vehicular incluida en el mismo plan. Una estrategia que combina conectividad con servicios de bienestar, apelando directamente al electorado conservador de clase media que busca “más valor por menos dinero”.

Un smartphone dorado… ¿y americano?

El nuevo buque insignia de la marca será el T1, un teléfono inteligente con carcasa dorada y sistema operativo Android, ofertado en USD 499. Este dispositivo será, según la familia Trump, “diseñado y fabricado con orgullo en Estados Unidos”.

Sin embargo, las afirmaciones sobre su origen han despertado fuertes dudas. Expertos consultados por CNN han advertido sobre similitudes sorprendentes entre el T1 y modelos ya existentes en el mercado chino, como el Revvl 7 Pro 5G y el Vtex Smart Phone, ambos fabricados por Wingtech y Shenzen Vitek Electronics Co., respectivamente.

«Salvo que hayan desarrollado en secreto una operación de manufactura a gran escala, no es realista pensar que puedan cumplir esa promesa», aseguró Todd Weaver, CEO de Purism, una de las pocas compañías que fabrican teléfonos en EE.UU.

¿Hecho en EE.UU.? El debate sobre la procedencia

La declaración “Hecho en EE.UU.” no es menor. Para obtenerla, la Comisión Federal de Comercio exige que el producto haya sido ensamblado sustancialmente en territorio estadounidense, algo que, según analistas, parece poco probable dada la limitada infraestructura de manufactura nacional.

Incluso el Liberty Phone de Purism —considerado uno de los pocos ejemplos reales de teléfonos hechos en EE.UU.— debe importar componentes clave, como el cristal GNSS de sus chips, que solo se produce en China. Según Weaver, el proceso para fabricar un teléfono verdaderamente estadounidense es tan complejo que “ellos son los únicos que lo han logrado hasta ahora”.

Por su parte, Ryan Reith, vicepresidente del Worldwide Device Tracker de IDC, fue enfático: “Cualquier teléfono que se venda en EE.UU. en septiembre de 2025 tendrá la mayoría de sus componentes fabricados fuera del país. Eso es un hecho”.

El modelo de marca blanca: ¿una personalización estratégica?

Otro argumento que fortalece el escepticismo es la práctica común de rebranding de dispositivos ODM (Original Design Manufacturer). Según Max Weinbach, analista de Creative Strategies, muchas marcas compran productos de fabricantes chinos, los personalizan estéticamente (con color, memoria o nombre), y los relanzan con nueva identidad comercial.

El T1 comparte múltiples especificaciones con el Revvl y el Vtex: tamaño de pantalla, capacidad de batería, conectores para auriculares (ya casi extintos en móviles modernos), y memoria. Aunque no existe una prueba directa que confirme que el T1 es un teléfono de marca blanca, los paralelismos técnicos alimentan el debate.

¿Una jugada política o una apuesta comercial?

Trump Mobile no es solo una empresa. Representa un posicionamiento ideológico, una marca de identidad nacionalista, y un intento por expandir el «imperio Trump» más allá de los bienes raíces y las criptomonedas, hacia un sector dominado por titanes globales como Apple, Samsung y Google.

Este movimiento coincide con los esfuerzos del presidente Trump por repatriar empleos manufactureros, especialmente en el área tecnológica. Ha instado públicamente a Apple a fabricar iPhones en EE.UU., amenazando con aranceles del 25 % a quienes sigan produciendo en el extranjero.

Sin embargo, expertos advierten que trasladar toda la cadena de suministro tecnológica a Estados Unidos no solo es costoso y complejo, sino que también requiere mano de obra altamente especializada, algo que actualmente China e India dominan con ventaja competitiva.

¿Qué sigue para Trump Mobile?

De momento, la página web de Trump Mobile anuncia el T1 para septiembre de 2025, sin confirmar si las primeras unidades estarán efectivamente fabricadas en EE.UU. o si esa meta se alcanzará “con el tiempo”, como reconoció Eric Trump en entrevista con medios conservadores.

La Organización Trump, por su parte, aclaró en un comunicado que no diseña, desarrolla ni vende directamente los productos de Trump Mobile, en un intento aparente de marcar distancia legal con posibles cuestionamientos futuros sobre calidad, procedencia o certificaciones.

En definitiva, Trump Mobile se presenta como un nuevo actor en el ecosistema móvil de EE.UU., con un discurso poderoso, una narrativa ideológica sólida, y muchas interrogantes abiertas. ¿Será este el primer paso hacia una verdadera independencia tecnológica americana o simplemente una marca más en la vasta industria de los smartphones?

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